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Estudio revela nuevos datos sobre la exposición a pesticidas en California
Analizan el aire que respira la población en áreas agrícolas
California, un estado líder en agricultura, enfrenta una preocupación constante por la exposición a pesticidas. Aunque se han medido niveles de exposición más altos entre los residentes de áreas agrícolas, falta medir la exposición personal por inhalación a una amplia gama de pesticidas.
Los investigadores de la Universidad de California en Davis trabajaron con grupos comunitarios como Californians for Pesticide Reform, con sede en Lindsay, y miembros de la comunidad en el Valle de San Joaquín, en un proyecto para medir una amplia gama de pesticidas, utilizando muestras de aire personales.
El proyecto fue financiado por el programa Community Air Grants de la Junta de Recursos del Aire de California. Los pesticidas están diseñados para ser tóxicos para los organismos objetivo, y se ha descubierto que están asociados con una serie de efectos adversos para la salud humana. Cuando se rocían pesticidas en los campos se produce una deriva primaria el día de la aplicación, y una deriva secundaria los días siguientes como resultado de la volatilización y otros procesos como la erosión eólica, el movimiento de partículas del suelo y pesticidas asociados a partículas del viento.
Para este proyecto de medición se reclutaron participantes adultos y en edad escolar de pequeñas ciudades agrícolas del valle. Se reclutaron 31 participantes adultos y 11 en edad escolar, y el muestreo se realizó en un total de 92 días.
Mochilas para recoger muestras de aire
Los participantes usaron un dispositivo en la mochila durante 8 a 14 horas durante 1 a 3 días. Las muestras se recogieron en dos tubos, uno con resina Tenax-TA y el otro con resina XAD-2.
Se analizaron 21 pesticidas en total, utilizando métodos LC/MS y GC/MS. Los resultados revelaron niveles detectables de pesticidas en una proporción significativa de los muestreadores de los participantes. Específicamente, el 22% de los adultos y un niño en edad escolar tenían niveles mensurables de al menos un pesticida en sus muestreadores, incluidos compuestos como 1,3-dicloropropeno, clorpirifos (a pesar de su estado prohibido en California), pirimetanil, buprofezina y pentiopira.
- 1,3-dicloropropeno, listado como carcinógeno en California bajo la Proposición 65 y clasificado como un probable carcinógeno humano por la EPA de EE. UU.
- Clorpirifos. Hay esfuerzos activos para reducir su uso en California. Se ha demostrado claramente que el clorpirifos tiene una serie de efectos adversos para la salud y, como resultado, se han revocado los niveles de tolerancia en los productos alimenticios en todo el país. Se prohibió su uso en California en 2021, con la excepción de las formulaciones granuladas. Las evaluaciones de riesgo más recientes de la EPA consideran tanto la inhibición de la AChE como el potencial de efectos sobre el desarrollo neurológico como los principales puntos finales de preocupación.
Si bien la toxicidad de los otros compuestos se ha estudiado menos, existe el potencial de impactos adversos para la salud.
- Pirimentanil. Se ha observado toxicidad del desarrollo en ratas y ratones para el fungicida pirimetanil. También es preocupante el potencial de alteración endocrina. Un estudio en peces cebra encontró una expresión alterada de genes relacionados con el sistema endocrino, así como estrés oxidativo.
- Buprofezina. Se ha descubierto que la buprofezina, un insecticida que actúa en etapas inmaduras del desarrollo de los insectos, causa malformaciones en embriones de larvas de bagre. El compuesto también se ha probado en ratones y líneas celulares humanas.
- Pentiopirad. El pentiopirad, un fungicida y el menos estudiado de los compuestos detectados, justifica una mayor investigación debido a los hallazgos preliminares de alteraciones metabólicas y del desarrollo en modelos de pez cebra.
Con la nueva regulación de notificación, tendremos la oportunidad de medir la exposición personal cuando sepamos que se están aplicando pesticidas. Es crítico que dejemos de suponer y empecemos a medir la exposción real.” Jane Sellen, Californians for Pesticide Reform.
La Dra. Deborah Bennett, PhD, Ciencias de la Salud Pública, Universidad de California, Davis, enfatizó la urgencia de ampliar el alcance de los esfuerzos de monitoreo de pesticidas. "Nuestros hallazgos subrayan la necesidad de una vigilancia más amplia de la exposición a pesticidas. Las medidas actuales son insuficientes para capturar la exposición a varios compuestos con riesgos toxicológicos documentados", señaló la Dra. Bennett.
"Este estudio subraya la prevalencia de la exposición a pesticidas en las comunidades agrícolas", comentó Ángel García de Californians for Pesticide Reform. "Resalta la necesidad de un monitoreo riguroso y una acción regulatoria para salvaguardar la salud pública".
Este estudio sugiere la necesidad de ampliar los pesticidas que se miden, ya que la exposición personal ocurre a compuestos que no se miden regularmente, y que para algunos de estos compuestos, la literatura existente indica el potencial de toxicidad. Además, el estado está desarrollando actualmente un sistema de notificación de pesticidas, que se espera que entre en vigencia en 2025, que guiará los futuros esfuerzos de monitoreo personal del aire.
“Tenemos motivos para creer que el alto nivel de exposición documentado en este estudio es en realidad un recuento insuficiente”, dijo Jane Sellen de Californians for Pesticide Reform e investigadora principal de la comunidad en el estudio. “Durante demasiado tiempo, las aplicaciones de pesticidas químicos peligrosos han sido un secreto celosamente guardado. Con la nueva reglamentación de notificación, tendremos la oportunidad de medir la exposición personal cuando sepamos que se están aplicando pesticidas. Es fundamental eliminar las conjeturas del monitoreo y medir la exposición real”.