La contaminación acústica, también llamada “ruido ambiental” es cualquier ruido molesto que afecta la salud y el bienestar de los seres humanos y de otros organismos. Aproximadamente 10 millones de personas en EE.UU. sufren pérdida auditiva permanente por ruido o trauma.

¿Cuándo es demasiado fuerte el ruido?

Los científicos miden el sonido en decibelios y usan escalas para determinar qué nivel de ruido es dañino. El sonido cotidiano que escuchas en el ambiente, como el viento moviendo las hojas, se clasifica entre 20 y 30 decibelios.

Los sonidos que alcanzan 85 decibelios o más se consideran potencialmente dañinos para los oídos de una persona. Algunos de estos ruidos cotidianos a los que estamos expuestos son las cortadoras de césped (90 decibelios) y los trenes subterráneos (90 a 115 decibelios). Cualquiera de estas situaciones se considera contaminación acústica.

Aunque nos hemos acostumbrado a estos ruidos cotidianos, los notamos más cuando interrumpen actividades como dormir o conversar.

En un informe general del Acta de Aire Limpio (Clean Air Act) publicado por la Agencia de Protección del Medio Ambiente (EPA) de Estados Unidos, el hecho de que no podamos "ver, saborear u oler" los sonidos puede explicar por qué este tipo de contaminación no ha recibido tanta atención como la contaminación del aire. Estamos constantemente rodeados de ruido, pero a veces no somos conscientes del peligro que representa.

El ruido ambiental es un problema global

Las investigaciones de la Organización Mundial de la Salud han demostrado que el ruido es la segunda causa ambiental más importante de problemas de salud, después de la contaminación del aire, y que incluso pueden dañar a niveles por debajo de los 85 decibelios. La Directiva de Ruido Ambiental (END) de la Comisión Europea pidió a cada país elaborar un "mapa de ruido" y un plan de mitigación a cinco años para:

El problema de salud más relacionado la contaminación acústica es la pérdida de audición inducida por ruido. Un estudio realizado en conjunto por el Laboratorio de Evaluación de la Exposición y Epidemiología Ambiental, el Departamento de Informatización y Consultoría Metodológica, y el Instituto Nacional de Salud Pública y Medio Ambiente ha demostrado que la exposición a un nivel alto de decibelios también podría provocar hipertensión arterial, enfermedades cardíacas, trastornos del sueño, y estrés, además de cambios de humor, disminución de la productividad, y depresión.

¿Cómo afecta la contaminación acústica a los niños?

Un grupo especialmente vulnerable son los niños. Solo como resultado del ruido de los aviones, se estima que 12.500 escolares en Estados Unidos sufren problemas de aprendizaje en la escuela. Cinco millones de niños y jóvenes de 12 a 19 años en los EE. UU. tienen evidencia documentada de pérdida de la función auditiva directamente atribuida a la superación del umbral de ruido.

La contaminación acústica interfiere con el desarrollo del habla y el lenguaje infantil, disminuye la concentración y afecta la retención de la memoria. El uso excesivo de auriculares y la exposición a música alta contribuyen a este problema.

Demasiado ruido en un entorno educativo o de aprendizaje puede causar estrés a tu hijo y disminuir su rendimiento a largo plazo.

La mejor forma de proteger a tus hijos es minimizar su exposición. Puedes hacerle una prueba de audición anualmente, crear un entorno tranquilo para aprender y dormir, y bajar el volumen cuando sea posible.

El ruido y los animales

El nivel de ruido en el planeta no solo afecta a los humanos. Las mascotas, sobre todo los perros, reaccionan con miedo a los ruidos fuertes y repentinos. Muchos sufren ansiedad por ruido y cambian su comportamiento, ladrando, escondiéndose o escapando. Las investigaciones se suelen centrar en sonidos poco frecuentes como fuegos artificiales y tormentas. Pero en el hogar se producen ruidos cotidianos capaces de asustar a las mascotas y causar un comportamiento inesperado e indeseable. ¿Tu perro le ladra al aspirador? Muchos ruidos domésticos comunes pueden estar causando miedo y ansiedad en tus animales de compañía, pero esto se ha estudiado poco.

Un estudio de la Universidad de California en Davis 386 dueños de perros e hizo seguimiento de comportamiento animal en 62 videos que mostraban a los perros reaccionando a ruidos domésticos comunes. Las respuestas fueron significativamente más fuertes (ladridos, huida) a los sonidos caracterizados como intermitentes de alta frecuencia (aspiradores y sonidos del detector de monóxido de carbono, humo y microondas).

Ruido submarino

La tasa media de ruido submarino ha aumentado alrededor de un 20% desde la década de 1970 y estos sonidos desorientan y dañan a los mamíferos marinos, peces, tortugas, invertebrados y cefalópodos, quienes utilizan el sonido para comunicarse, encontrar su camino y cazar. En el puerto maritimo de Cartagena, España, se ha iniciado un programa para monitorear y reducir el ruido submarino.  

3 formas de proteger tus oídos

1. Se recomienda usar dispositivos de protección, como tapones para los oídos, cuando te expongas a altos niveles de contaminación acústica.
2. Hazte una prueba de audición cuando experimentes pérdida auditiva o sientas zumbidos.
3. Se recomienda saber cuándo los ruidos son tan fuertes que pueden dañar tu audición.